La poesía visual de Ouka Leele, «una forma de hablar sin usar las palabras»

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Publicado por: Arzu Fernández Andrés - Artelaraña 7 junio, 2017

La obra de Ouka Leele (su nombre real es Bárbara Allende Gil de Biedma), pintora, diseñadora, poetisa y fotógrafa nacida en Madrid (29 de junio de 1957), es muy personal y reconocible; con cierta estética pop y temáticas cercanas a la teatralidad, sus características fotografías en blanco y negro coloreadas (en un principio con acuarela y ahora con Photoshop) son, en sus propias palabras, pura «poesía visual, una forma de hablar sin usar las palabras».

La poesía visual de Ouka Leele

Se interesó primero por la pintura, influenciada por la obra de El Greco, no obstante, abandonó la idea de estudiar Bellas Artes tras integrarse en 1976 en Photocentro; una vanguardista escuela de fotografía fundada un año antes por un grupo selecto de destacados teóricos y artistas de la imagen fotográfica, la mayoría procedentes de la revista Nueva Lente.

El beso (1980), de Ouka Leele.

Ese mismo año, el ahora prestigioso impresor Tito Ferreira, junto a otro alumno de Photocentro, fundó Diorama Editorial. Y en su primera publicación, Principio, 9 jóvenes fotógrafos españoles, entre las de otros jóvenes y por aquel entonces desconocidos fotógrafos españoles, aparecieron por primera vez algunas fotografías de Ouka Leele.

Avión, de la serie Peluquería, de Ouka Leele.

En 1978, la artista madrileña se mudó a Barcelona y empezó a exponer sus obras en ambas capitales; concretamente, su serie titulada Peluquería. Originalmente sus fotos eran en blanco y negro, pues no le gustaba especialmente el color fotográfico. Por ello, tras recibir el encargo de una foto en color para una portada, decidió comenzar a colorearlas ella misma; aunando así su vocación de pintora con su reciente pasión fotográfica.

«De entre todos los avances tecnológicos me fue regalada la fotografía como arma secreta para descubrir el misterio, yo le añadía los colores y se los sigo añadiendo, pues me devuelven la vida que ignorante a veces dejo escapar».

Ouka Leele.

Un año más tarde, una ilustración de su amigo y pintor «El Hortelano» la dejó fascinada. Se trataba de un ficticio mapa de estrellas; cada una de ellas acompañada de un nombre inventado por él. Una de las estrellas se llamaba Ouka Leele. A ella le gustó tanto que decidió usarlo a partir de entonces como su pseudónimo (aunque hasta 1999 le quitaba una de las vocales: Ouka Lele).

Ilustración de Europa requiem, de «El Hortelano».

En 1980 traslada de nuevo su residencia, esta vez a Nueva York. Allí vive hasta 1981, cuando regresa a Madrid, en plena «movida madrileña» (de la que se convierte en estandarte), donde se establece a causa de una grave enfermedad; cuya superación impregnará de vitalidad a su obra desde entonces.

«De pronto todo empezó a ser precioso, cada momento vivido y cada cosa que encontraba. Eso se me quedó grabado y decidí no olvidarlo nunca. La vida es un privilegio, es una obra de teatro alucinante a la que estamos invitados».

Ouka Leele.

Analizando su trayectoria, ahora que cumple 60 años, se pueden diferenciar en ella tres etapas diferentes; la de sus primeras obras, que se distinguían por la combinación de elementos pop y neodadaístas con una gama de colores ácidos e intensos; la de su evolución hacia composiciones más barrocas y hacia la utilización de colores menos vívidos; y la de su vuelta a los colores más eléctricos hacia el cambio de milenio. Eso sí, un denominador común sería que, salvo excepciones, no recurre al fotomontaje.

Veranos de la Villa, de Ouka Leele.

Son numerosas las exposiciones que han albergado sus obras; entre las que destacan su participación en la Bienal de Arte Contemporáneo de Sao Paulo (Brasil) y su primera exposición retrospectiva en el Museo Español de Arte Contemporáneo (Madrid), ambas en 1987; su proyecto Santa Bárbara Bendita, que entre 2010 y 2011 itineró por multitud de ciudades de varios continentes; o la presencia de dos de sus obras, La menina ingrávida y Mi cuerpo es mi territorio, en la colección 12 artistas en el Museo del Prado.

Cartel de Ouka Leele para «Habitación en Roma», de Julio Medem.

Ha participado en infinidad de variopintos proyectos, por ejemplo, el diseño de los sombreros de la película Laberinto de pasiones (1982), de Pedro Almodóvar, o del cartel de Habitación en Roma (2010), de Julio Medem; la realización de un mural al aire libre de casi 300 metros, Mi jardín metafísico, en Ceutí (Murcia) en 2003; o el diseño de la escenografía y el vestuario de la ópera Curlew River, de Benjamin Britten, en 2007.

Cartel de «La mirada de Ouka Leele», de Rafael Gordon.

Y protagonizó el largometraje documental La mirada de Ouka Leele, de Rafael Gordon; nominado al Goya en 2010. Aquí tenéis un resumen a modo de trailer:

También, ha publicado varios libros en los que combina sus fotografías, serigrafías o dibujos con sus propias poesías. Y habría que hacer especial mención a su contribución a El cantar de los cantares; por cuyas ilustraciones recibió el Primer Premio Nacional de Bibliofilia en 2003 (además del citado galardón, Ouka Leele ha recibido muchos otros premios, entre los que sobresale el Premio Nacional de Fotografía 2005).

Begoña, de Ouka Leele.

Actualmente, se encuentra en plena promoción de su último libro, Axis Mundi y otros relatos; que firmará este fin de semana en la Feria del Libro de Madrid.

Si queréis conocer mejor a Ouka Leele, no dudéis en visitar su página de Facebook.

Fotografía de portada: Vanity Fair – Referencias: Elogio y nostalgia del Photocentro, de Carlos Villasante / biografiasyvidas.com / parkinggallery.es / Entrevista de Vanity Fair

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